La Ley Habilitante que permite a Chávez legislar a base de decretos y las nacionalizacio- nes anunciadas parecen augurar una nueva etapa en el proceso bolivariano, no exento de polémica.
Una pintada en la fachada de un banco reclama la nacionalización de las reservas bancarias.
Fotografía: Orianomada
Tessa Marsman y David Segarra / Caracas
A veces resulta complicado comprender cómo se quiere construir el socialismo en Venezuela. La pregunta que surge es ‘qué es el Socialismo del siglo XXI’. Una cosa es segura: el socialismo del proceso bolivariano no pretende imitar el socialismo europeo, “que todavía busca una forma de justificar al capitalismo”, según las palabras del analista Haiman El Troudi en declaraciones a DIAGONAL. “Nosotros no queremos un socialismo europeo occidental, pero tampoco un socialismo científico como lo aplicaron en Europa Oriental”, explica El Troudi. “No queremos un socialismo de planificación centralizada”, afirma El Troudi, quien fuera asesor del presidente Hugo Chávez. Pero los críticos afirman justamente eso: que el presidente venezolano está acaparando demasiado poder.
Por el contrario, El Troudi explica que “en el Socialismo del Siglo XXI la planificación participativa va de abajo hacia arriba. No es el Estado omnipresente el que planifica todo lo que va a pasar en el país. Hay participación directa de la gente que planifica sus propios proyectos en sus comunidades, como hemos visto en los Consejos Comunales”.
En Venezuela, los Consejos Comunales son grupos ciudadanos organizados con las herramientas para resolver los problemas locales y que hasta ahora rara vez eran resueltos por la política. La consolidación de estos Consejos se hará realidad con la implementación de la Ley Habilitante, la cual le permitirá a Chávez dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley sin tener que pasar por la Asamblea Nacional y es el primero de los “cinco motores”, o ejes, del segundo mandato presidencial de Chávez.
El segundo eje es la reforma de la Constitución Bolivariana, mientras el tercer motor es un eje denominado “Moral y Luces”, que comprende una campaña de educación.
El cuarto motor, denominado “la nueva geometría del poder”, concierne a la manera de distribuir los poderes político, económico, social y militar sobre el espacio nacional. La idea es modificar la vieja estructura municipal para tratar de darle mayor eficiencia y participación. Y el quinto y último eje es “la explosión del poder comunal” que legisla sobre el funcionamiento y el área de poder y financiación que van a tener los Consejos Comunales.
¿Concentración de poder? La promulgación de una nueva Ley Habilitante ha sido criticada desde dentro y fuera del país, ante la supuesta acumulación de un poder excesivo en manos del presidente venezolano. “Sin embargo, la centralización es necesaria en este momento”, explica Juan Contreras, líder de la Coordinadora Simón Bolívar, un grupo socialista independiente que opera desde el combativo barrio 23 de Enero. “Hay poderes nacionales e internacionales que vigilan todos los pasos que damos y que tratan de sabotear el proceso revolucionario.
Necesitamos pasar decretos importantes rápidamente, sin el retraso de las deliberaciones de la Asamblea Nacional”.
El Troudi considera transitoria la centralización del poder actual en la figura de Chávez, con la formación del Partido Socialista Unificado y la Ley Habilitante. “El Gobierno le está dando el poder al pueblo”, asevera.
Partido Socialista Unido El desarrollo del Socialismo de Siglo XXI no puede ser apreciado solamente desde el escritorio de El Troudi o los libros que ha escrito sobre teoría política, es necesario observar la práctica en los barrios del país, donde el 45% de la población todavía vive y detenta apenas el 4% de la riqueza del país. Algunos de los principales cambios se han realizado mediante programas de educación para los habitantes de las zonas pobres que han erradicado el analfabetismo. Otra de las vías de desarrollo ha sido la concesión de créditos para la formación de cooperativas.
Sin embargo, en estos mismos barrios se pueden escuchar voces críticas que denuncian la corrupción del sistema burocrático de Gobierno. La mayoría expresa abiertamente el deseo de eliminar estos flagelos que empañan el proceso. Es esa corrupción la que ha llevado a gran parte del pueblo a apoyar las medidas que propone el presidente Chávez, como la unificación de los partidos de izquierda en un sola organización. “Los partidos actuales funcionan bajo una lógica electoral, no tienen conexión entre ellos y el pueblo”, afirma categóricamente El Troudi.
Contreras está de acuerdo: “Lo que necesitamos es gente honesta y activa que sea elegida en las bases de los barrios. Personas que conocen la comunidad desde dentro”. “En mi barrio conozco a las personas que luchan por nuestros derechos. Conozco quién está pendiente de proyectos de la comunidad. Si no hay agua, sé quién me ayudará a recorrer las instituciones. No necesitamos un presidente ni miembros de partidos que digan quién será parte de nuestro partido”, dijo.
Las formaciones más grandes, como Patria Para Todos, Podemos y el Movimiento V República, ya han declarado su adhesión al nuevo partido. Pero también hay resistencias: el Partido Comunista (PCV) está deliberando si quieren unirse a un partido en el cual ni la estructura ni las líneas ideológicas están claras.
Jerónimo Carrera, presidente del PCV, explicaba al periódico venezolano El Universal: “Es muy difícil que aceptemos la propuesta de formar parte del partido único. Nosotros representamos a un sector determinado de la sociedad que es la clase obrera. En especial porque a la sociedad venezolana le falta un poderoso movimiento sindical”.
Nacionalizaciones Uno de los cambios inmediatos y visibles de la Ley Habilitante es el decreto que ha pasado el presidente Chávez para la nacionalización de algunos medios de producción estratégicos como lo son las empresas de hidrocarburos, telecomunicaciones (CANTV) y servicios eléctricos (EDC).
“Los medios de producción estratégicos tienen que pertenecer al Estado. La propiedad de toda actividad estratégica debe recaer en el Estado. La explotación petrolera y minera, la generación de materias primas fundamentales debe estar en manos del Estado. No se pueden privatizar ni el aire ni el agua”, enfatiza El Troudi. En estos momentos muchas de estas empresas se encuentran organizadas bajo una modalidad mixta, en las cuales el Estado venezolano tiene al menos el 51% de las acciones. Según El Troudi, “esto es porque los bolivarianos tomaron el poder de manera pacífica. Venimos de una tradición capitalista y no podemos cambiar de un día para otro, pero el futuro será el del socialismo venezolano”.
Artículo publicado en el periódico
Diagonal. Escrito por la periodista holandesa Tessa Marsman y posteriormente resumido y corregido por David Segarra.
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